
Durante más de una década, el Crédito con Aval del Estado (CAE) fue la única vía para que miles de estudiantes pudieran acceder a la educación superior en Chile. Sin embargo, sus condiciones impusieron una pesada carga de deudas que afectó a generaciones enteras. Frente a este escenario, surge el Financiamiento Público para la Educación Superior (FES), un proyecto de ley presentado por el Presidente Gabriel Boric que busca transformar radicalmente el acceso a la educación en el país.
El FES se propone como un sistema más justo, inclusivo y libre de la intermediación bancaria, donde el Estado financia directamente los estudios superiores. No solo apunta a garantizar que ningún joven deba endeudarse para estudiar, sino que también ofrece una solución concreta para quienes actualmente arrastran deudas del CAE, Fondo Solidario o créditos Corfo.
Cabe destacar que este instrumento aún es una propuesta legal y deberá ser discutido y aprobado por el Congreso Nacional antes de su implementación.
Cinco ventajas del FES frente al CAE
1. Adiós a los bancos: financiamiento 100% público
Una de las principales diferencias es que en el FES los recursos provienen directamente del Estado, que transfiere los fondos a las instituciones de educación superior. De este modo, el compromiso de las y los estudiantes es con el país y no con entidades financieras privadas.
En contraste, el CAE es un crédito entregado por la banca privada con el Estado como aval, lo que históricamente ha significado ganancias para el sistema financiero a costa de los estudiantes.
2. Acceso universal, sin requisitos académicos ni socioeconómicos
Para obtener el financiamiento del FES no se exigirán puntajes mínimos en la PAES ni se discriminará por nivel socioeconómico. Esto abre las puertas a una mayor inclusión, permitiendo que la única preocupación de quienes ingresen sea estudiar y no cumplir con requisitos restrictivos.
El CAE, en cambio, impone exigencias académicas que dejan fuera a miles de jóvenes cada año.
3. Retribución justa y vinculada a los ingresos
El sistema de retribución del FES se adapta a la capacidad económica del egresado. Solo comenzará a pagarse un año después de terminar la carrera y siempre que los ingresos superen los $500.000 mensuales.
Además, la cuota nunca podrá ser mayor al 8% de los ingresos. Quienes estén bajo ese umbral no deberán pagar nada, asegurando justicia y proporcionalidad en el compromiso.
4. Cero pagos durante los estudios
Mientras dure la carrera, los estudiantes no pagarán matrícula ni arancel. El FES cubrirá la totalidad de los costos asociados al periodo formal de estudios. Esto contrasta con el CAE, que cubría solo parte del arancel de referencia y no incluía matrículas ni diferencias de arancel, obligando a muchas familias a endeudarse adicionalmente.
5. Una salida real para los deudores antiguos
El proyecto incluye un plan integral de condonación y reorganización de las deudas vinculadas al CAE, Fondo Solidario y créditos Corfo. Se contemplan condonaciones iniciales, progresivas y por pago anticipado, lo que representa una solución efectiva y definitiva para miles de personas.
El CAE, en cambio, solo ofrecía reprogramaciones que generalmente aumentaban el monto adeudado, sin entregar alivio real a los deudores.
Un cambio histórico en la educación superior chilena
La propuesta del FES no solo busca garantizar que estudiar en la educación superior no sea sinónimo de endeudamiento, sino que también apunta a cerrar una herida social abierta por años de créditos injustos. Si bien el debate legislativo aún está pendiente, de aprobarse este modelo marcará un antes y un después en la forma en que Chile entiende y financia la educación pública.
En definitiva, el FES representa una oportunidad histórica para democratizar el acceso a la educación superior, dejando atrás el paradigma del endeudamiento bancario y abriendo paso a un sistema que prioriza a los estudiantes por sobre los intereses financieros.